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arrib.

sábado, 5 de junio de 2010

sin actos de amor extremos

Repentinamente un mundo nuevo,

poblado de campanas.

De estrellas en el centro de la tarde.

Para llegar sin lágrimas

hasta los peldaños donde nace la vida.

Libre de laberintos y prisiones.

Sin cruces, sin calvarios

Sin exorsismos.

Sin actos de amor extremos.

Un manantial sobre la roca virgen,

cándida y expléndida.

Como otra piel que espera, hecha manto,

desde un abrazo.


____________


Gestos
destinados a repetirse
sobre el camino diario.


Tal vez esto haya sido estar juntos,
y ésta la gran maravilla de la vida.
Aferrarnos tomados de la mano
anhelando desesperados
las llaves que trae la tormenta,
para soltar amarras
y disgregarnos.


Disimulados en la lluvia.


_____________


Dos puertas, sus ojos
abiertos hacia el alba.
Cristales detenidos sobre la frente.
Fijas las pupilas.


El geométrico perfil de la ciudad
suspendido
sobre un cielo no terrenal.
llega
         ataca
                    invade
el quieto espacio
del alma en suspenso.
Sedienta.
Abierta a cristalinos canales,
extendiéndose.


Se alza la luz.
Crece en púrpura.
Gime en azul.


Y las puertas no ceden.
O no quiero abrirlas.


Recibo el grito de la vida naciendo hoy,
como una flor irracional,
sobre el perfil dormido de la ciudad..

_____________


M.M.Vendramini.-

1 comentario:

Pluma Roja dijo...

Pienso que al recibir el grito de la vida, es la hora de recibir a un nuevo miembro en la familia. Pero también puede ser ¿un amor? No importa, recibir ese grito de la vida es renovación.

Saludos cordiales querida Mercedes.