Trabaja,
obrera laboriosa.
Todo a tu cargo.
Las pesadillas
el viento
sus neuralgias.
No te distraigas,
cuida la lengua.
Disimula
alimenta
pacta con ella.
Ha de llegar la hora,
el cirio de metal,
el hedor blanco.
Cera y abismo,
casi un juego el horror.
¿Sólo esto el amor?
¿El rostro de otra ausencia
y el espanto?
Pierde esa costumbre de gritar.
Una niña te observa.
Quiere su propia ronda,
la voz
el colmenar.
No bastará esta siembra.
__________
M.M.Vendramini.-
4 comentarios:
Más que poema parece un texto de máximas, mucha sabiduría en ellas. "pierde la costumbre de gritar" muy cierto, muchas veces nos deshacemos en "gritar" pero no a viva voz son gritos internos que nos asfixian.
¡Excelente! Me encantó querida Merce.
Beso.
Tus letras tienen la imprenta de tu magia, al escribir estas rodeando el círculo imaginario de tu arte inigualable, me encanto. Gracias
Besos
Gracias a las dos!
"Una niña te observa.
Quiere su propia ronda,
la voz
el colmenar
No bastará esta siembra"
es cierto, es cierto, yo te observo y no, tendrás que sembrarme más poemas para que me conforme :)
besitos
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