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arrib.

jueves, 26 de agosto de 2010

Antonio Porchia


Cuando me hiciste otro, te dejé conmigo.
 

Cuando busco mi existencia no la busco en mí.

No estoy de más en ninguna parte porque no me cuento en ninguna parte.

Te ayudaré a venir si vienes y a no venir si no vienes.

Y si todavía encuentras algo, no haz perdido todo. Te falta perder algo todavía.

El sol es lo exterior de todas las noches y de todos los fríos.

A veces, de noche, enciendo una luz, para no ver.

Cuantos cansados de mentir se suicidan en cualquier verdad.

Cuando me hiciste otro te dejé conmigo

El árbol está solo, la nube está sola. Todo está solo cuando yo estoy solo.

Toda cosa existe por el vacío que la rodea.

Cuando se apagaron sus ojos, yo también vi una sombra.

Cuanto he perdido lo hallo a cada paso y me recuerda que lo he perdido.

Herir al corazón es crearlo.

El temor de separación es todo lo que nos une.

Nadie puede no ir más allá. Y más allá hay un abismo.

El sol es lo exterior de todas las noches y de todos los fríos.



Antonio Porchia - (  1886 - 1968 )

sábado, 21 de agosto de 2010

Y eras el sol

Cuándo fue la última
vez que me miraste


(y eras el sol)


aquí
en el rincón común
tuyo, mío, de todos


hace tanto


gastado está ya el suelo


se hunden los pies
dentro de la tierra


beben como raíces


y todo vuelve
veo las mismas cosas
repito todas las palabras


sin velos
sin membranas 
que deformen sonidos


y el amor es amor
el odio es odio
y el color del dolor
es el que duele


como este recuerdo de tus ojos mirándome


(y eras el sol)


ahora al descubierto
en plena tarde
entre la lluvia


benévola
distante.


M.M.Vendramini

miércoles, 18 de agosto de 2010

Federico García Lorca

  ROMANCE SONÁMBULO

A Gloria Giner
y a Fernando de los Ríos


Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.

              *
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

              *
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
dejadme subir, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

              *
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.

              *
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está mi niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

              *
Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

2 de agosto de 1924

Federico García Lorca

5 de junio 1898
Fuente Vaqueros - Granada- Andalucía - españa.-
19 de agosto 1936
Alcafar - Granada Andalucía - España.-

domingo, 15 de agosto de 2010

La casa del incesto

(fragmento)

Ahora mirábamos todos a la bailarina que ocupaba el centro de la pieza y que bailaba la danza de la mujer sin brazos. Ella bailaba como si hubiera sido sorda e incapaz de seguir el ritmo de la música. Bailaba como si no tuviera oídos para el ruido de las castañuelas. Su danza ocurría en la soledad, distante de la música y de la sala y de la vida.


Bailaba, riéndo y suspirando y aspirando todo por ella misma. Ella bailaba sus terrores, deteniéndose en medio de cada danza para escuchar reproches que nosotros no podíamos escuchar, o para responder a un aplauso que no provenía de ningún público. Percibí una música a la que nosotros éramos sordos, pues estaba transportada por alucinaciones que se nos escapaban.


Me han sido arrebatados mis brazos, cantaba. Me castigaron por haberme retrasado. Me retrasé,. Apreté mis garras sobre todo lo que yo amaba; las cerré sobre los momentos más hermosos de mi vida; estreché entre mis manos la plenitud de cada instante. Tenía los brazos crispados en un perpetuo deseo de ser estrechada. Quería abrazar y retener la luz y el viento y el sol y la noche, el mundo todo entero.
Quería acariciar. Quería aliviar y acunar,  calmar, rodear, envolver. Y ponía tanta fuerza en estgrecharlos contra mí - los que yo amaba - que ellos se quebraron. Lejos de mí. Tanto es así que todo a mi alrededor evitaba mi contacto. Estaba con las manos vacías.


Temblorosa y agitada, ella estaba mirando sus brazos aún y para siempre tendidos frente a ella.


Ella miraba sus manos cerradas, cerradas sobre sí mismas, y lentamente las abrió, las abrió plenamente como Cristo; las abrió en un gesto de abandono y de ofrenda. Era el renunciamiento. Era el perdón. Abría sus brazos, abría sus m,anos, dejando a las cosas seguir su propio curso más allá de ella misma.


No podía soportar el derramamiento de las cosas.  Todo lo que fluye, todo lo que  huye, todo lo que se mueve me ahogaba y me cargaba la garganta.


Ella retomó su danza; bailó siguiendo la música y al ritmo circular de la tierra; dio vueltas como da vueltas la tierra, a la manera de un disco, exponienjdo todas sus faces, de vuelta en vuelta, a la luz  y a la sombra y avanzó con su baile hacia la claridad del día.

__________


Anaïs Nin - (Francia. 1903 - 1977 )
La casa del incesto - Alción Editora- Córdoba Argentina.

viernes, 13 de agosto de 2010

Agosto

                                      "Sirius y Canopus
                                       andan lejanos en el verano.
                                       Y prenden el frío,
                                       el canto sin llama,
                                       su cimbria"

                                                        Ricardo Molinari


Descubro al sol,
enjambre encendido sobre la niebla.
Pequeñas aves surgen desde el río
huérfano de torrentes.
Dos torres, las más tristes,
altos copones pardos,
brindan por la distancia.

En oscuro arrebato se anuncia el viento.
Arrastra en ráfagas la cabellera de la tierra.

__________

El sorpresivo roce
de tu piel
detiene el milagro,
dentro de su claridad lunar.

En ese ínfimo instante,
está el tiempo,
todo el tiempo.

__________


M.M.Vendramini.-

martes, 10 de agosto de 2010

GESUALDO BUFALINO

"Hojas de diario de invierno"

4.
Hoy el cielo, tan desierto de pájaros,
habla tan sólo con una voz de viento,
soplo vagabundo de hojas infelices,
forastero lamento que me busca.
¿Eres tú? ¿No es ya tarde para abrir
como otras veces mi jamba fría
a tu rostro que lentamente olvido,
con grandes ojos de ciega, que se precipita
cada vez más, por el gris ojo de la aguja
de neblina y sueño?  No respondes,
no eres siquiera este aliento que vuelve
y alborota inesperado el enjambre
de percales y bufandas; y se borra
la arrogancia suave de tu sangre
en un toldo de óxido, fúnebres,
pesados oropeles manchan los espejos.
Así se cumple el pacto. Nadie más
que tú sabrá que era la luna el borde
de tu vestido verde, y que saltabas
con la nuca de luz y vientre tibio
arrebatada en el grito de las vías. Yo solo
permanezco apenas en tu nombre de entonces.
Tú duermes, blanda isla de carne,
en la tierra enemiga y no recuerdas

__________


Viento de roca

Con avaras voces, como el agua que golpea
contra la cerca y no tiene respiro,
consolaré siempte mis jornadas
desiertas, ahora que en el valle
entre crines de luz
se dispersa el difícil Can,
y a su contagio  pliegan los enormes
mayorales la nuca de la tierra,
y mi trofeo de exagerada sapiencia
se vuelve niebla siempre.

Aquí se detiene mi marcha, no quiero más
que padecer mi sangre, mi final,
mojar el rostro en este
alto viento de roca
que enturbia el cielo y rompe la memoria.

__________

Serenata para Gessica

Los violines bajo los balcones del gheto,
agudamente te llaman, cosen
en tus pies un damasco dogal:
desde una fábula me lanzas una rosa.

¿Pero, Gessica, no sientes todavía
las palmas de la noche vendándote
la ingenua frente? ¿inmersa, elevarse
de los canales un águila de nubes?

Adios Gessica, adiós, rostro perdido:
ya remota, con gestos de sueño
navegas un río de aire
entre un exterminio dócil de flores.

__________


Gesualdo Bufalino - ( Italia 1920 - 1996)
Versiones  de Diego Ventivegna- Revista "Hablar de poesía"
Alción Editora- Córdoba - Argentina -

viernes, 6 de agosto de 2010

Poemas pendientes

                                        

     Dones para donar


Te doy lo que me dieron:
aquel sagrado olor
a la tierra mojada,
y esa voz  que es el viento
entre las ramas altas.


Devuelvo lo que tuve:
los árboles hermanos,
las flores que modula
la niebla, el grillo, el pájaro
cantando en la garúa.


Ni herencia, ni legado.
Sólo pasión y tiempo.
La intensa vida, el aire,
la mañana radiante
y cielos en los ojos.


No nos llevamos nada.
¿Es que lo merecimos?
La llama del instante,
colores en el sol,
el crepúsculo juntos.


El fuego de la hoguera
donde vamos ardiendo.


¿Y veo lo que me ve?
En el momento justo,
el liso resplandor
del neto mediodía
sobre una mesa blanca.

y frutas entonadas
como parientes próximos:
la luz, la gama, el iris,
limones con bananas
y la manzana verde.


En la lluvia cabemos,
instantáneos,  de pronto,
íntimos y gregarios,
cercanos y distantes.
La lluvia es nuestro tiempo.


La canción evidente,
la palabra encarnada,
lo que llegó de afuera
porque sonaba dentro.
¿O es que no somos, lengua?


Y el fuego de la especie,
horizonte y pasado.


__________


     Consejo de lobo


Incorruptible,
lento
el amor
se posa
sobre la ciudad.


__________


      Epifanías


Como luz
suena el invierno, al sol.
Serena madurez, 
sabor desnudo
que suspende y sostiene
sin sospechar que sabe,
secreto, sólo en sí,
siente sin sentimiento,
a simple sed,
a simple ser,
solo y sumo en el sol
sagrado del silencio
seco, soberbio, suelto
sobre ese frío encendido.

___________

Rodolfo Alonso - (Argentina - 1934)
Poemas pendientes
Alción Editora - junio 2010 -

domingo, 1 de agosto de 2010

A Celeste

Concebida en las últimas lunas
de noviembre

llegaste

fruto estelar

a dibujar un horizonte
de ternura

que seguirán
mis ojos 
extasiados

hasta la última
mirada
de mi vida.

__________


M.M. Vendramini.-

El arte de narrar

Llamamos libros
al sedimento oscuro de una explosión
que cegó, en la mañana del mundo,
los ojos y la mente y encaminó la mano
rápida, pura, a  almacenar
recuerdos falsos
para memorias verdaderas.
                                           Construcción
irrisoria, que horadan los ojos del que lee
buscando, ávidos, en el revés del tejido férreo,
lo que ya han visto y que no está.
                                            Porque estas horas
de decepción,  que alimenta la rosa
del porvenir donde la vieja rosa marchita
persevera, no quedarán
tampoco entre sus pétalos,
flor de niebla, olvido hecho de recuerdos retrógrados,
rosa real de lo narrado
que a la rosa gentil de los jardines del tiempo
disemina
                        y devora.


Juan José Saer - (Argentina - 1937)
200 años de Poesía Argentina - Alfaguara - 2010-