Del nacer al morir el tiempo nos encierra
entre sus muros intangibles.
Caemos con los siglos, los años, los minutos.
¿Sólo es caída el tiempo, sólo es muro?
Por un instante, a veces, vemos
- no con los ojos: con el pensamiento-
al tiempo reposar en una pausa.
El mundo se entreabre y vislumbramos
el reino inmaculado,
las formas puras, las presencias
inmóviles flotando
sobre la hora, río detenido:
la verdad, la hermosura, los números, la idea
- y la bondad, palabra desterrada
en nuestro siglo.
Instante sin duración ni peso,
instante fuera del instante:
el pensamiento ve, los ojos piensan.
(fragmento)
Octavio Paz.
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