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arrib.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Tarde de noviembre.

¿Dónde?


Dentro de la piedra.


¿Siempre?

Desde que lo dejó el amor
hasta la llegada de la furia.


¿Por qué?


¿Cómo explicar por qué la piedra
se hizo hombre?


¿Lo escuchaste?


Tal vez.


Bajo este cielo de noviembre.

Mientras el dolor envuelve
sin ceder,
sin distraerse un sólo instante.


¿Qué harás?


Cerrar las rocas.
Cubrilo todo.

Hasta que el amor y la furia
vuelvan  solos
a ser vida.


___________


El día que no queríamos vivir
aquí,  entre nosotros.

Avanzando lento.

Agua oscura
densa.


Destinada  a ocupar nuestras gargantas
sin valor para la palabra.

__________


Las almohadillas
una junto a la otra.


Sus agujas, las tuyas,
las mías.


Una junto a la otra.
Abriendo mínimas heridas en el paño rojo.


Sangre,
rojo sangre.

De tantas heridas ínfimas
surgidas
en el mismo rito.

__________

M.M.Vendramini.-

2 comentarios:

Pluma Roja dijo...

Una verdadera belleza. Me he quedado con la boca abierta. Mis respetos para usted mi querida poetisa.

Dejo un fuerte abrazo y un gran beso.

Hasta pronto.

Anónimo dijo...

Mercedes: a pesar de leer con dolor, no siento dolor. Es como si en cada palabra tuya se descomprimiera un suspiro que aprieta desde el pecho y no sabía allí estaba. Como si dejara mis huellas invisibles en cada palabra tuya… gracias por regalarme esta sensación maravillosa que es leerte y sobretodo conocerte.

Tus palabras son como caricias sobre mis manos mientras mis silencios me aturden. Todo mi cariño y admiración para vos. Un abrazo fuerte fuerte!