Pasó mayo, el frío
castigó los rosales amarillos.
Está vacío el bebedero de los pájaros
y una llovizna antigua
merodea la casa.
¿Dónde estás,
ahora que eres el único refugio?
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Cuando te vas,
desde hace tanto ya,
comienzo a vestirme de otra cosa.
Tratando de saber:
qué, quién soy.
Sin comprender,
que ya pasó la vida
de aquella que no encuentro.
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Este es el tiempo,
cuando el color de los agapantos
me lastima los ojos
y las constelaciones arden a las tres de la tarde.
Todo anuncia la tempestad.
Desde el sur avanza el nido de los abismos
precedido por sus voces púrpuras.
No habrá lugar sobre la tierra
donde esconder los sueños.
Ni los más efímeros,
ni los más profundos.
No habrá lucha posible,
ni refugios,
ni trueques dignos.
Desamparados aguardan los almácigos.
Y las manos no bastan.
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M.M. Vendramini .-
2 comentarios:
Tus poemas inspiran, ¿O tendremos el mismo sentimiento? La nostalgia como que acompaña a tus versos y mis versos acompañan la nostalgia.
Grandes poemas, amiga.
No me extraña esa sensibilidad que tienes en tus acciones.
Muchos besos amiga.
la vida de aquello que no encuentro...eso...eso...
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