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arrib.

viernes, 5 de marzo de 2010

Tan breve en el tiempo de nuestra vida

Se quemó sin arder,
con un resplandor apenas tibio
que iluminó todo:
el alma 
         la carne
                   la tarde
todo, para siempre.


Fue tan breve, tan fugaz
en el tiempo de nuestra vida,
que casi no nos dimos cuenta.


Ahora sólo me queda esa mirada fija,
extraña y oscura.
Que nunca supe si preguntaba,
decía.
O simplemente se desesperaba.

M.M.Vendramini

1 comentario:

Pluma Roja dijo...

Bello, muy bello poema Mercedes.

Un placer pasar por tu casa, aprendo.

Saludos cordiales,

Hasta pronto amiga.